Análisis: los obstáculos para que Fitch y S&P sigan a Moody’s y su evaluación en México
Análisis: los obstáculos para que Fitch y S&P sigan a Moody’s y su evaluación en México
Excelsior.com.mx. Cuando en los mercados internacionales se habla de México y de su calidad crediticia, las miradas se voltean, sobre todo, a Fitch. Es quizás la siguiente empresa calificadora a la que le toca pronunciarse. Moody’s ya lo hizo a principios de febrero, en medio de las turbulencias de los mercados emergentes ante la estrategia de la Fed de atenuar su expansión monetaria (“tapering”). Con valentía, y por primera vez en la historia, Moody’s le otorgó a México una calificación crediticia de tipo “A” para la deuda soberana de largo plazo, denominada en moneda extranjera. La mejoró de Baa1 a A3, y México se convertía, así, en el segundo país de Latinoamérica, detrás de Chile, en conseguir una calificación de “A”. Standard &Poor’s, la tercera agencia de gran renombre, también se decantó ya. Lo hizo antes que Moody’s, a finales del año pasado. Pero andaba rezagada: apenas subía la nota de México de BBB a BBB+, y empataba las calificaciones que ya tenían, por aquel entonces, Moody’s y Fitch.
De modo que la intrépida Moody’s, con osadía, tomó la delantera condecorando a México con una “A”. La pregunta ahora es si Fitch, que lleva sin abrir la boca desde mayo del año pasado, cuando asignó a México una calificación de BBB+, se pronunciará pronto y corroborará la decisión de Moody’s, o si en este complejo contexto internacional se decanta por la prudencia y prefiere mantener la BBB+ antes de saltar a la excelencia de la “A”.