SEÑALES, APRECIACION Ó INFLACIÓN
Agosto, 2005.
Con extrañeza hemos observado los últimos datos estadísticos presentados por el Ine respecto al incremento en el nivel de precios en nuestro país, que muestra una variación acumulada a Junio 2005 del 3.45%, que en parte ha estado influido por el desabastecimiento de productos de la canasta familiar que mayor ponderación representan en el cálculo del Indice de Precios durante los sucesos de mayo y junio, no disminuyendo en la misma proporción al aumento registrado en tales meses.
Este dato extremadamente superior al tipo de cambio, que al mismo periodo registra solamente un incremento de sólo el 0.62%, con 3 meses sin aumentar, por lo cual actualmente es relativamente indiferente o “casi mejor” mantener posiciones en bolivianos sobre dólares, lo cual han intuido algunas entidades financieras del país al disminuir el tipo de cambio para la venta. Si revisamos el comportamiento del Bolsín del BCB para regular y definir el tipo de cambio de la moneda nacional al cual estamos acostumbrados, se observa que desde el 24/03/05 no existe demanda por dólares, de los U$.15MM que se ofertan diariamente. Esto se encuentra altamente relacionado a factores, internos y externos que han posibilitado el debilitamiento del dólar norteamericano, o desde otra perspectiva al fortalecimiento de otras monedas. En éste sentido resulta importante considerar:
- Los efectos del ITF, que si bien han sido inicialmente negativos para el sistema financiero, han logrado lo que por muchos años no consiguió el mismo BCB: generar una mayor utilización del boliviano (sea en éste, o mayormente en UFV´s).
- El crecimiento de las exportaciones bolivianas del 17% y mantenimiento de un saldo en balanza comercial positivo, lo cual ha incrementado la disponibilidad de divisas en nuestra economía.
- Las dificultades que tiene EE.UU. para controlar sus déficits – fiscal (U$.422M millones) y en cuenta corriente”(U$.700M millones). Dado que el equilibrio macroeconómico norteamericano esta siendo sostenido por los gobiernos y empresas extranjeras que invierten en sus valores dadas las crecientes tasas con diferencial de riesgo bajo, lo cual son factores que presionan a la apreciación de nuestra moneda (que todavía no se ha dado), como viene sucediendo con nuestros países vecinos, y en general en el mundo entero, con la excepción marcada y preponderante del Yuan Chino, moneda que se estima estaría sobrevaluada en un 40%, lo que explica en parte su crecimiento vía exportaciones, pero que también le genera presiones inflacionarias y a la estabilidad de su sistema financiero y que todos los organismos están presionando al mismo gobierno chino que se ha comprometido a hacerlo progresivamente.
Por ello, resulta importante recordar que las variables macroeconómicas actúan con retardo o rezago, ésto quiere decir que el ajuste de ciertas medidas o sucesos, se dá en el tiempo, no es inmediato ni en tiempo real. Esto a objeto de conformar un escenario intertemporal para el análisis sobre presiones inflacionarias.
La advertencia no esta referida a una visión alarmista sobre una inflación galopante como en la década de los ´80 (cuando alcanzó el 25M%), dado que ahora se cuenta con conocimientos mayores sobre los instrumentos a disposición para su control, pero principalmente por mayores supervisión de organismos internacionales (sobre todo FMI) y la autonomía de gestión en el BCB, en lo que se refiere a política monetaria.
Más bien estamos hablando sobre su impacto como freno o su efecto para distorsionar el ciclo económico de un país, probablemente una etapa recesiva, a la cual la economía mundial se estaría aproximando, por las señales que se observan:
- Desaceleración del volumen del comercio mundial (ratio de crecimiento previsto pasa de 10 a 7), por el menor empuje asiático para demandar exportaciones.
- La tendencia creciente en las tasas interés de EE.UU. (Federal Reserve Funds) y Europa (Libor), principalmente.
- Los precios del petróleo que ya sobrepasaron la barrera de los U$.60.- y las perspectivas no son nada alentadoras, puesto que es un problema de insuficiente oferta, dada la creciente demanda.
- Si bien en nuestro país se observa un aumento de las exportaciones y una balanza comercial positiva, pero también las importaciones resaltan una tendencia creciente mayor, alcanzando un 24%
Cabe resaltar que Bolivia técnicamente no ha entrado en recesión, como en los casos de nuestros vecinos, sobre todo Venezuela y Argentina, luego de la crisis asiática, de tipo de cambio y posterior default, respectivamente. Dado que aún hemos estado registrando tasas positivas de crecimiento (entre 2% y 4%), que obviamente no son suficientes y sus efectos en el grueso de la población boliviana no se sienten y quizás ni se perciban, dada la tremenda desigualdad en la distribución del ingreso, la composición de pobres y el crecimiento poblacional.
Pero mayores pueden ser éstos males si entramos a una etapa recesiva. La economía boliviana carece de elementos de reacción, tanto estructurales, como coyunturales. Los instrumentos de política económica a disposición para generar un posible efecto contracíclico, como la fiscal, se encuentra atada de manos por el déficit de las finanzas públicas, que dicho sea de paso, ha estado presionando a los precios. Por otro lado, las alternativas monetarias con que se cuentan no generan efectos como en economías desarrolladas. Por ejemplo en EE.UU. el anuncio o siquiera posibilidad de que Greenspan en la Fed modifique las tasas de interés genera efectos tremendamente inmediatos y de ajuste.
También es importante resaltar que en el corto plazo la imagen que tenemos como país no es muy favorable en criterios de riesgo para los inversionistas extranjeros, por lo cual la posibilidad real en éstos momentos para el país está dada por el aspecto externo. Pero aquí tenemos varias amenazas, si bien las exportaciones han alcanzado superar niveles históricos, consiguiendo nivelar e incluso generar superávit en la balanza comercial, es importante reiterar que nuestras vías de exportación que son deficientes y de por sí encarecen costos para competir en el mundo, sumado a los bloqueos y las dificultades en tiempos de entrega, han logrado mellar la credibilidad, que en alguna medida han estado ganando nuestros exportadores en el último tiempo.
Por éstos motivos, conviene revisar los pros y contras de una apreciación de nuestra moneda y buscar un equilibrio entre partes que se podrían ver afectadas ante ésta medida o su no aplicación, como ser exportadores, por un lado y población en general por otro. Evidentemente se trata de un tema que deben estar analizando el Banco Central de Bolivia y el Gobierno. Hasta el momento nadie se ha pronunciado.
Ing. Msc (c) Walter Morales C.
Fuentes de Información Consultadas:
- Instituto Nacional de Estadística
- Banco Central de Bolivia
- Grupo Banco Mundial
- Fondo Monetario Internacional
- Reserva Federal de EE.UU.
- Banco Central Europeo.