Mejor fichar que subir los sueldos

Florentino Pérez dice que el Madrid es el club más rico del mundo por sus inversiones y contención salarial
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Le preguntaron a Florentino Pérez que quién estaba detrás de la estrategia deportiva, cuál era el organigrama técnico, esos expertos que determinan los jugadores que se compran y los que se venden, y el presidente se resistió a dar nombres. “La dirección deportiva del Madrid”, dijo, “la ocupan las mismas personas que han ganado la Copa, la Champions y la Supercopa de Europa. ¡Las mismas!

Sucedió durante la conferencia de prensa celebrada este viernes por Florentino Pérez para informar a los socios de los resultados económicos del ejercicio 2013-14. Una comparecencia extraordinaria que el mandatario empleó para salir al paso de las últimas incertidumbres deportivas exhibiendo lo mejor de su repertorio. Y lo mejor que ofrece la ejecutiva a los aficionados es su músculo financiero, producto de la innovación y el empeño que han puesto el propio Florentino Pérez y su director general, José Ángel Sánchez, en buscar nuevos ámbitos de explotación del producto. El presidente no habla de fichar y traspasar sino de “invertir” y “desinvertir”. Advierte que “en este club hay una ecuación deportiva-económica que transmitió Santiago Bernabéu”. Lo expone todo de modo que resulta evidente que la planificación deportiva se fundamenta por completo en principios empresariales.

Florentino Pérez quiso explicar por qué vendió a Di María, el mejor jugador de la temporada pasada. Comenzó anunciando que los ingresos de explotación del Madrid en el último ejercicio fueron de 550 millones de euros, un récord que consolida al club como la entidad deportiva más productiva del mundo desde hace una década. Luego subrayó que es signo de buena salud empresarial que el “ratio de eficiencia”, la relación entre los ingresos y el gasto de personal, no supere el 70%. En esto, el Madrid es ejemplar, dijo, pues su ratio es del 49%. No pasa del 52% desde 2005 porque impone la austeridad salarial en la plantilla. De otro modo, la multiplicación de riqueza sería imposible.

 

“Di María”, declaró, “tenía unas pretensiones económicas. Pero el Madrid no se las pudo satisfacer. El Madrid le hizo la mejor oferta que puede hacer, el tope máximo, y él no la aceptó. Ningún jugador de este club tiene los ingresos que pretendía Di María a excepción de Cristiano, que es el mejor jugador del mundo. Si hubiéramos aceptado esas pretensiones económicas se habría producido un agravio comparativo que habría puesto en riesgo la estabilidad financiera del club”.

 

Las fuentes de la dirección sostienen que Cristiano gana alrededor de 17 millones netos y que ninguno del resto de los integrantes del equipo supera los seis. Di María, que ganaba cuatro, pidió ocho, convencido, como muchos futbolistas en la plantilla, de que varios compañeros han superado el tope salarial de seis millones y que el club lo mantiene en secreto para evitar un reclamo masivo de aumentos. Alonso en su día, Casillas, Kroos y Bale, son los casos más notables.

El ratio de eficiencia indica que el Madrid podría gastar 100 millones más en salarios. Pero Florentino Pérez aseguró que es más rentable invertir esa diferencia en fichar antes que en aumentar los sueldos. Aunque para eso sea preciso desprenderse de futbolistas queridos y valiosos. “Además de tener corazón”, dijo, “debemos tener racionalidad para que las inversiones que hagamos en futbolistas colaboren en incrementar los ingresos”.

 

Bajo esta lógica, el año pasado, el Madrid vendió a Özil por 45 millones para fichar a Bale por 100; y este verano traspasó a Di María por unos 80 y compró a James por otros 80. Las cuatro operaciones fueron personalmente impulsadas por Florentino Pérez, que se impuso incluso a las reservas de José Ángel Sánchez y a las recomendaciones futbolísticas del entrenador, Carlo Ancelotti, que dudó de las ventajas de reemplazar a Özil y Di María por Bale y James.

 

La estrategia deportiva, como la empresarial, es obra de Florentino Pérez, y así lo aclaró en su conferencia. El rendimiento de Bale, autor del gol de la victoria en la final de Copa y de otro gol en la final de Champions, es celebrado por el presidente como el reconocimiento a su buen ojo futbolístico y económico. La Décima se logró con esa política. La ecuación perfecta existe y su expresión es él mismo.